Fernando es un actor de películas del lejano oeste, está grabando una película con una amiga que se llama Laura, Fernando monta en caballos, y Laura, una actriz muy buena, monta en las yeguas. Fernando tiene que hacer una carrera para la película, va a empezar el ensayo, Fernando va muy deprisa, al final Fernando va frenando poco a poco cuando ya a pasado la meta, se gana el amor de su amada, ella le regala una tela que acababa de coser con todo su amor, Fernando la va a coger cuando de repente se le cae y tienen que parar el ensayo:
- ¡Corten, corten! Fernando la próxima vez intenta coger la tela sin que se te caiga, por lo demás la carrera ha estado muy bien – dijo el director dirigiéndose a Fernando.
- Lo siento, es que tenía las manos muy sudadas desde la carrera con el caballo, ha sido espectacular.
- Mañana más, podéis iros a descansar – gritó el director.
Fernando fue directo a Laura y le preguntó:
- Laura, ¿vendrías al cine conmigo?
- Está bien – contestó Laura.
Los dos iban caminando cuando Fernando paró y dijo:
- Ese es el acceso al cine, pero hay un exceso de cola, mejor será que vayamos a la zona VIP.
Los dos entraron a una película de miedo, mientras la veían Fernando pensaba “le cuesta mucho espirar, va a expirar”
Cuando la película había acabado y ya estaban fuera de los cines Fernando invitó a Laura a ir a cenar a un restaurante muy caro. Cuando ya llevaban mucho rato cenando Fernando no podía más y tenía que soltarlo.
- Me alegro de haberte conocido, porque sin mi vida no tendría sentido.
Así que quiero decirte una cosa – Fernando se agachó -, Laura, ¿quieres casarte conmigo?