Valencia es una ciudad muy grande, se me hace tan grande como el cielo. Está llena de sitios muy elegantes. Al ser una ciudad muy grande tiene mucho tráfico y al salir a la calle huele mucho al humo de los coches. Hay muchos lugares importantes; Mestalla, por fuera parece un almacén en obras; la catedral de Valencia, con el Miguelete, sus escaleras parecía que llevaban al infinito; la ciudad de las artes y las ciencias de Valencia, se dividía en el Océanográfico, el Hemisférico, el Palacio de las Artes y el museo de las ciencias. También hay un parque muy grande, se llama parque de Gulliver, es un hombre atado al suelo y en él hay muchos sitios donde jugar, parece que cada día vas a descubrir algo nuevo; cuando yo fui no pude entrar porque había inundaciones en el parque y había que limpiarlo porque el agua había arrastrado muchas malezas. Fui a ver el museo de fallas, las primeras fallas eran muy simples, pero poco a poco se fueron haciendo más complejas hasta que había fallas tan reales que parecía que se iban a mover. Una bebida típica de Valencia es la horchata.